Reyes del asfalto: La época dorada del running en Estados Unidos (FONDO) - Softcover

Hacer ejercicio. Dormir más. Pasar más tiempo con tus amigos. Salir más a la calle. Ser amable. Sonreír. Planear un viaje que no esperabas. Estar contigo mismo. Evitar los atascos. Y ser agradecido. Según el anuncio de una cadena de “supermercados” del deporte, estos son los diez pasos a seguir para ser feliz. Y ocho de los diez pasos puedes hacerlos mientras corres.

Y es que, hoy más que nunca, correr está de moda. La crisis agudiza el ingenio, y muchos nos hemos dado cuenta que no hay deporte más barato y más gratificante que el running. Todos los males de tu jornada laboral terminan cuando llegas a casa, te calzas tus zapatillas y te vas a correr. Tú solo y el asfalto, o el campo; incluso el barro. Tus malos pensamientos se diluyen kilómetro a kilómetro, y tu cuerpo goza de una libertad que no conoce límites.

Aprovechando este nuevo resurgir del running, la editorial Contra nos trae Reyes del asfalto, del estadounidense Cameron Stracher. Este libro nos narra la fiebre desatada en los Estados Unidos de 1972 a 1982 por los maratones y las carreras de media y larga distancia, apoyada en la biografía de sus tres grandes estandartes, Frank Shorter, Bill Rodgers y Alberto Salazar.

Todo comienza en los Juegos Olímpicos de 1972. Con el mundo aún conmocionado por la masacre de Múnich, el estadounidense Frank Shorter hacía historia para su país, consiguiendo el oro olímpico en la prueba de maratón, algo que no se conseguía desde 1908. Este ejemplo de superación caló hondo en una sociedad, la norteamericana, que vivía en esos años los últimos coletazos de la convulsa Guerra de Vietnam y que en esos años vieron en el running una alternativa al fútbol americano o al beisbol.

Sin embargo, Cameron Stracher sitúa el primer capítulo en 1978, en la populosa Falmouth Road Race. Si Shorter, Rodgers y Salazar personificaron la década del boom entre 1972 y 1982, esta carrera organizada en el Cape Cod (Massachusetts) fue su escenario idílico. Ese año correrían los tres juntos esta dura prueba de siete millas. En esos momentos, la trayectoria de Shorter iba cuesta abajo, la de Rodgers estaba en la cima y la de Salazar empezaba a despuntar. Sólo los dos últimos lucharon por la victoria ese día, y pese a la vitoria de Bill Rodgers, todos repararon en el ímpetu de Salazar, cuyo esfuerzo sobrehumano le hizo entrar en colapso, peligrando su vida.

Muchas cosas pasaron en los Estados Unidos en la década que abarca de 1972 a 1982. Guerra de Vietnam, varias Crisis del Petróleo, escándalos políticos, boicots olímpicos y crisis económica. Todos estos acontecimientos corrieron a la par con un grupo de deportistas de élite como los atletas de Reyes del asfalto, que utilizaron el atletismo como vía de escape y de protesta, y que arrastraron con su esfuerzo a toda una generación.

Cameron Stracher hace un repaso por la historia del atletismo recordando a sus mitos y la génesis de sus maratones más espectaculares. El autor relata también la carrera del bigotudo Frank Shorter, convertido en toda una leyenda en su país tras su oro olímpico, del talentoso Bill Rodgers, capaz de ganar cuatro veces en las prestigiosas maratones de Boston y Nueva York, pero sin gloria olímpica, y del impetuoso Alberto Salazar, exiliado cubano que vio en el running la forma de alcanzar la gloria.

Pero no solo en estos tres personajes se alimenta la novela. Reyes del asfalto es el homenaje a gente del atletismo como Tommy Leonard (creador de la Falmouth Road Race), un “tabernero” cuyos sueños no conocía límites y que consiguió que una carrera entre dos bares, pasara de ser una carrera de cien corredores en su primer año al símbolo de toda una generación de corredores, y a una carrera que durante décadas ha congregado a campeones olímpicos, universitarios y estrellas del atletismo en general. Y también es un homenaje a Amby Burfoot, a Craig Virgin, a Steve Prefontaine y a los cientos de buenos corredores que durante esos años corrieron, sudaron, sufrieron y lucharon por conseguir el profesionalismo en esta dura profesión.

Y volviendo al inicio, os recomiendo el running como el camino más corto hacia la felicidad. Pero también os recomiendo este running literario escrito por Cameron Stracher. No os defraudará; nada de lo publicado por Contra defrauda.